Nuestros pensamientos nunca paran, nos encontramos constantemente analizando situaciones, buscando soluciones, planeando nuestras acciones y resolviendo problemas. De esta actividad contante, pueden surgir algunos sentimientos que nos podrían hacer sufrir si no aprendemos a gestionarlos de la forma correcta.
El sentimiento de culpa es uno de ellos. Dar demasiadas vueltas a hechos del pasado, machacándonos a nosotros mismos por haber actuado de una manera en lugar de otra, nos llevará a sentirnos culpables y, por consiguiente, tristes, frustrados y agobiados. Cuando este sentimiento aparece y gana terreno a nuestra salud emocional, nuestro pasado nos comenzaría a impedir avanzar en nuestras vidas, haciéndonos sentir mal con nosotros mismos y llevándonos a valorarnos menos de lo que deberíamos.
La culpa: Nuestro firme y cruel juez
La culpa proviene de un error a la hora de procesar. Un pensamiento sano analiza las situaciones con el objetivo de aprender y mejorar aquello que no se ha realizado de forma correcta, mientras que, si nos exigimos y juzgamos a nosotros mismos constantemente, estaríamos procesando de forma errónea y disparando el sentimiento de culpa.
Además de en nuestra propia personalidad, gran parte de la responsabilidad que sentimos radica en la cultura familiar, así como en la educación que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas. Desde bien pequeños, nos enseñan a diferenciar lo que está “bien” de lo que está “mal”, cómo debemos y cómo no debemos comportarnos, haciéndonos así automatizar estas recriminaciones poco a poco y sentirnos realmente culpables si no cumplimos con lo que se nos pide.
Por otro lado, el sentimiento de culpa también puede aparecer en el momento en que permitimos que terceras personas nos hagan responsables de sus errores o fracasos, o cuando realmente sí que hemos actuado de una forma equivocada y nos exigimos haberlo hecho de otra manera. Nuestro acelerado ritmo de vida nos lleva muchas veces a actuar desde el desconocimiento y sin pensar antes en las posibles consecuencias de nuestros actos, lo que podría llevarnos a fallar y, una vez más, sentirnos culpables.
En definitiva, la culpa puede aparecer por diferentes razones y como consecuencia de múltiples actuaciones. Este es un sentimiento que todos descubrimos en algún momento de nuestras vidas, ya sea durante un largo periodo de tiempo o durante una etapa de poca duración. Lo importante es ser conscientes de ello; tener claro que fallar puede entrar en nuestros planes de vida, pues no somos perfectos y de los errores que cometemos siempre se aprende para la próxima vez. A pesar de vernos muchas veces atrapados y anulados por esta sensación tan desagradable, no debemos olvidar que existen alternativas para gestionarlo y transformar el sentimiento de culpa en ganas de mejorar y demostrarnos a nosotros mismos, la próxima vez que tengamos la oportunidad, de lo que somos capaces.
Afrontar el sentimiento de culpa: ¿De qué forma podemos liberarnos?
Este juez implacable al que llamamos culpa somos nosotros mismos. Es muy importante ser conscientes de ello, saber que nosotros somos los protagonistas, los generadores de ese sentimiento y los que podemos también decidir cuándo y cómo acabar con él. El grado de tolerancia y aceptación, lo flexibles que somos con nosotros mismos y la empatía con la que nos tratamos influyen en la culpabilidad que sentimos, por lo que es primordial saber gestionar cada uno de estos factores.
Responsabilizarnos de nuestras acciones, aceptando los errores cometidos y tomando el camino de la aceptación y mejora es la clave para combatir el sentimiento de culpa. Sin embargo, en ocasiones, no somos capaces de aprender y mejorar nuestros recursos y capacidades para liberarnos de esta sensación por nosotros mismos. Es entonces cuando el primer paso que se debe dar es el del reconocimiento, siendo conscientes de que es momento de pedir ayuda externa y acudir a terapia psicológica.
En nuestra clínica psicológica en Majadahonda te acompañaremos durante todo el proceso, hasta lograr que el sentimiento de culpa que se ha adueñado de tus pensamientos y no te deja avanzar y ser quien eres, desaparezca de tu vida. Cierto es que, lo más probable es que este vuelva a aparecer en algún momento de tu vida de forma natural; lo importante es poner en práctica las herramientas que juntos trabajaremos para impedir que se apodere de ti una vez más.
Junto con nuestro equipo de psicólogos en Majadahonda lograrás acabar con ese malestar, así como adquirir un criterio mucho más realista a la hora de actuar e interpretar las consecuencias de tus actuaciones y, por supuesto, dejar de sufrir por hechos irrelevantes. Sabemos que es un proceso complicado, pero queremos recordarte que tienes derecho a perdonarte y seguir hacia delante.
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